Caléndula

Propiedades, usos y beneficios

La caléndula (Calendula officinalis L) es una planta medicinal originaria de la vertiente mediterránea y oriente próximo. En la Roma y Grecia clásicas ya se tomaban infusiones de esta hierba para calmar los nervios. Más tarde durante la Edad Media, mujeres de la época investigaron su uso para curar llagas y otras afecciones de la piel. Hindúes y árabes se servían de ella como medicina, pero también para uso cosmético e incluso para colorear telas.

Tradicionalmente se ha utilizado para el tratamiento de irritaciones de la piel y contra la picadura de los insectos.

Los efectos reparadores de la caléndula están dados por sus principios activos: aceites esenciales (mentona, carvona, cariofileno, etc.), principios amargos (calendina), flavonoides, sapónidos, ésteres colesterínicos (ácidos palmítico, esteárico, láurico, mirístico), carotenoides, calendulina y otros pigmentos, triterpenos y polisacáridos hidrosolubles.

Para uso interno puede utilizarse la caléndula en forma de infusión o tintura madre, en tanto, para uso externo, además puede formularse en cremas, pomadas y ungüentos.

Aplicaciones y beneficios de la caléndula en uso externo:

En quemaduras leves, escaldaduras y roces, reduce la inflamación y favorece la regeneración de la piel.
Sobre granos, urticaria y para tratar el acné juvenil.
Sobre eccemas secos, forúnculos y abscesos.
En dermatitis atópica, incluida la que afecta a los bebés, irritación del pañal, pieles alérgicas.
En dermatitis exfoliativas, con descamación generalizada de la piel, a veces con prurito e hinchazón, enrojecimiento cutáneo.
Como coadyuvante en el tratamiento de la psoriasis, para reducir sus síntomas.
En picadura de insectos, actúa como antiinfecciosa y antiinflamatoria.
En hematomas y golpes, rebaja la hinchazón y alivia el dolor. Se aplica en forma de compresas empapadas.
En dermocosmética para tratar pieles irritadas, envejecidas, castigadas por el sol y el paso del tiempo.
En heridas superficiales, sangrados leves, llagas y úlceras de la piel, aporta su poder antihemorrágico y cicatrizante.
Sobre labios resecos y agrietados.
Para las llagas de la boca, inflamación de la lengua (glositis) y de las encías (gingivitis).
Para tratar el dolor reumático, con compresas empapadas con la infusión o tintura madre.
Combate la infección por hongos, la micosis en manos y pies, como el pie de atleta y la candidiasis.
En forma de gargarismo alivia el dolor de garganta.

La caléndula contribuye a potenciar la epitelización y regeneración de pieles dañadas y especialmente sensibles y alérgicas, estimula la síntesis de nucleoproteínas y de colágeno durante el proceso de regeneración cutánea. La mayoría de las pieles con estas afecciones denotan una hipersensibilidad a diversos factores externos como los jabones, cosméticos, alimentos, entre otros.

Aplicaciones y beneficios de la caléndula en uso interno:

Por su poder antiespasmódico se indica para el tratamiento de los trastornos de la menstruación, como amenorreas, metrorragias y dismenorreas.
Tradicionalmente se la utilizó para tratar la anemia y las convalecencias.
Para aliviar úlceras gástricas.
Estimula la producción de bilis, y en asociación con plantas apropiadas, como el agracejo, la centaura o la fumaria, se indica para tratar alteraciones hepáticas y para restaurar las funciones del hígado tras un episodio de intoxicación alimentaria o alergia.
Se ha indicado también para favorecer la expulsión de parásitos intestinales.

Ficha técnica

Nombre Común	Caléndula
Nombre Científico	Calendula officinalis L
Parte utilizada	Inflorescencias enteras
Indicaciones Médicas	Dermatitis Eccemas Heridas Infecciones Irritación Llagas Quemaduras Reumatismo Úlceras
Acciones Farmacológicas	Antibacteriana Antiespasmódica Antiinflamatoria Antiséptica Cicatrizante Funguicida
Método extractivo	Infusión

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